Si estás en el Distrito Federal o estás planificando un viaje hacia allí, no olvides incluir en tu lista de lugares por conocer al Museo Zona Chapultepec.
Son dos los que se conocen con ese nombre, uno es el Museo Nacional de Antropología y otro es el Museo Nacional de Historia, pero aquí haremos referencia al primero, al que funciona en el Castillo de Chapultepec.
El Museo Nacional de Historia ofrece tres áreas de exposición: en el Antiguo Colegio Militar se muestran objetos e imágenes que representan el desarrollo nacional y obras de importantes artistas; El Alcázar está ambientado con artículos más emparentados con la época en la que en el lugar residían los emperadores Maximiliano y Carlota y el Presidente Porfirio Díaz; por último, se puede disfrutar de un área dedicada exclusivamente a las muestras temporales.
El visitante que decida conocer el Museo Histórico podrá además recorrer la biblioteca, la fototeca, la videoteca, hacer visitas guiadas o comprar en la tienda del museo. También se realizan actividades para los más pequeños.
Las características del Museo Zona Chapultepec están delineadas por la historia de la construcción en la que funciona.
El Castillo de Chapultepec es una construcción realizada a finales del período virreinal, es decir entre 1785 y 1787, que fue encargada como casa de descanso por el Virrey de la Nueva España Bernardo de Gálvez. El palacio está ubicado en lo alto del cerro que lleva el mismo nombre a una altura de 2.325 metros sobre el nivel del mar. Más allá de la función para la cual fue construido, el castillo ha funcionado para diferentes propósitos, desde almacén de pólvora hasta academia militar y, actualmente, como museo. Incluso, en el año 1847 ha sido escenario de la batalla el ejército de los Estados Unidos de América.
Durante el período correspondiente a la Independencia de México y varios años posteriores, el castillo fue abandonado. En el año 1833 fue elegido para albergar al Colegio Militar y, por tal razón, debieron hacerse algunas modificaciones, incluso se agregó una torre de vigilancia.
Años más tarde, durante el período 1846-1848, el ejército de Estados Unidos bombardeó el castillo mientras los hoy reconocidos como “Niños Héroes” murieron tratando de defenderlo.
Durante el Segundo Imperio Mexicano el Palacio se convirtió en la Residencia Oficial del emperador Maximiliano I de México y la emperatriz Carlota, quienes se encargaron de contratar a diferentes arquitectos que le dieron un estilo neoclásico y lo transformaron en un sitio habitable. Además, debido a que el palacio se encontraba retirado, se ordenó la construcción de un bulevar que lo conectara con el centro. En su momento el nuevo camino se llamó Paseo de la Emperatriz, hoy se lo conoce como Paseo de la Reforma.
Tras la caída del Segundo Imperio Mexicano la construcción no se utilizó más pero unos años más tarde, en 1876, allí se estableció el Observatorio Astrológico de México. Funcionó así durante cinco años pero luego se decidió su remodelación para transformarlo nuevamente en residencia oficial. Varios presidentes hicieron uso de la palaciega construcción pero en 1939 Lázaro Cárdenas del Río, Presidente por ese entonces, decretó que allí funcionara el Museo Nacional de Historia con las colecciones del antiguo Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía.
Conocer el museo y a la imponente estructura en donde funciona, será una experiencia memorable, pues el pasado y la belleza se combinan para dar como resultado un espacio de atractivo único.
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